• Mejora el rendimiento académico: la presencia semanal de un voluntario que se dedica de forma particular a cada uno de ellos, les ayuda a superar obstáculos académicos y mejorar su rendimiento.
• Apoyo emocional y desarrollo de autoestima: los voluntarios desempeñan un papel esencial en la construcción de relaciones de confianza con los menores. Este apoyo les ayuda a desarrollar una mayor autoestima y confianza en sí mismos, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en su bienestar general.
• Presencia de referentes: la figura del voluntario muchas veces es una figura joven y cercana que, como complemento a la figura de los educadores que trabajan en los centros, se convierten en referentes idóneos. Les muestran la importancia de la educación, la responsabilidad y el compromiso con el aprendizaje, lo que influye en las actitudes y comportamientos de los niños.
• Reducción del aislamiento: muchas veces, los menores que crecen en residencias se sienten diferentes, aislados y a veces desfavorecidos. La presencia de un voluntario que se preocupa por su éxito en la escuela y su bienestar puede ayudar a combatir este aislamiento y hacer que los niños se sientan más valorados y apoyados.

En resumen, el apoyo escolar proporcionado por voluntarios es fundamental para ayudar a los menores tutelados a superar desafíos educativos y emocionales. 

Este apoyo puede marcar una diferencia significativa en sus vidas, ofreciéndoles oportunidades para tener éxito en la escuela y desarrollarse de manera positiva en su camino hacia la vida adulta. Además, contribuye a la creación de una red de apoyo sólida que puede marcar una diferencia duradera en su bienestar.